viernes, 23 de agosto de 2013

¿SEGUIREMOS INDIFERENTES ANTE LAS PROBLEMÁTICAS DE NUESTRO PAÍS?

Hoy no tuve que madrugar. Salí a dar una vuelta en bicicleta. Regresé, me preparé un delicioso desayuno y me senté a tomarlo en mi balcón con una excelente vista hacia el sur de la ciudad; tomé una ducha despacio y luego me puse a leer la prensa. Allí, entre noticias y columnas me recordaron que justo hoy inicia el paro Nacional Agropecuario.
No recuerdo haber sentido el efecto de los ‘paros’ más allá de un poco de carestía en algunos productos o de suspender algún viaje de placer o de trabajo, si este fuera por carretera. A pesar de ser descendiente de campesinos, el campo ya está muy lejos de mi vida y lo más cerca que lo encuentro es en la sección de frutas y verduras de un supermercado.
Como todo colombiano común, accedo a la información que me permiten los medios de comunicación. El imaginario que cualquiera se puede construir a partir de estas fuentes es que ‘esos campesinos otra vez van a salir a molestar a aun cuando el gobierno les está dando subsidios; son simples ignorantes a los que manipulan unos terroristas y los hacen bloquear carreteras y llenar los parques de sus pueblos (a los que a veces vamos a finquiar o a puebliar) para gritar arengas y crear desorden.’
No he salido nunca a una manifestación por ninguna causa. Lo más parecido a lo que he asistido son los desfiles deportivos o culturales que organizan los colegios de mis hijos. Hoy tampoco voy a salir; pero, a diferencia de otros momentos, hoy no soy capaz de permanecer indiferente, aunque tampoco sé qué hacer. A este punto, sólo se me ocurrió escribir. Lo mismo que hago siempre que no sé qué hacer, pero con la diferencia de que esta vez no guarde mi escrito y me atreví a compartirlo (aprovecho para decirles cómo dicen los vendedores de los buses: pido disculpas por quitarles uno o dos minuticos de su apreciado tiempo).
Pienso que hay al menos una acción responsable: no cerrar los ojos, ni taparse los oídos. Eso, al menos o por lo menos para empezar. Los nuevos paradigmas que nos plantean las ciencias nos insisten en que somos un sistema, un organismo. Es decir, que lo que pasa con una parte afecta la totalidad. Si esta teoría que los científicos de hoy consideran elemental tiene algo de cierto, quiere decir que no son los campesinos los que están en paro, sino que estamos en paro, los colombianos. Lo mismo que le ocurre a nuestro organismo; sonaría ridículo decir: “es el oído el que tiene otitis, no yo” o “es el pulmón el que tiene cáncer, no yo…”
Y bueno, luego de ver y de oír, hay que pensar y dudar (que es una forma de pensar). Pensar por sí mismo y pensar con sentido común, en el doble sentido de lo común: lo común como lo elemental y lo común como lo que nos une solidariamente.
Aunque no voy a salir, además ya empezó a llover… al menos hoy no voy a tragar entero, al menos hoy no voy a delegar mi pensamiento y me atreveré a tomar una postura; en mi caso, a favor de quienes me despiertan menos sospechas que los políticos de Colombia: los campesinos de nuestro país.
Comparto dos link para contribuir en este propósito del ver y del pensar, desde la comodidad de nuestra casa, pero también, desde la realidad de nuestro país.
Un abrazo sincero,
Hernán Restrepo Mesa

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